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GACETA'S TRIBUNE NAFA


CIVILIZACION


 

Cuando al conocimiento se une la ciencia, un voto de aprobación ha de surgir, porque ciencia no es un cúmulo de conocimientos, sino un inmenso bagaje de sensibilidad, es decir, de esa porción analítica que conmueve y estremece con extraña emoción.

La industria automotriz, por colocar un ejejmplo, está utilizando desde hace un cuarto de siglo la exactitud de un fuerte contingente de robots que con precisión matemática golpean, ensamblan, pintan, trasladan, ya sea objetos duros, pesados , calientes, livianos, etc. y se podría asegurar, que tal trabajo se realiza con casi cero margen de error y con increíble economía de tiempo: ¡El Robot ha desplazado al Hombre!

Dos docenas de aquellas máquinas casi pensantes han dejado sin pan a miles de obreros sufrientes. El Robot tiene almacenados grandes conocimientos, pero con asombrosa y fría indiferencia. Y pensar que tal invención ha costado milenios de ciencia: El Hombre primitivo contemplando la devastadora furia de un volcán; admirando el color de una flor; pensando en la forma de atrapar un rayo, su nergía, su velocidad, su poder; descubriendo el valor del carbón de piedra y de esas otras piedras negras con vetas color tierra calcinada llamadas magnetitas y hematitas: Se extraería el hierro. Miles y miles de años forjando la experiencia, pero pensado en un Dios, en un Creador,  en consecuencia, los hombres le rinden pleitesía a ese Ente Supremo y le dan cien nombres, y le ofrecen los frutos de su trabajo y en su nombre aprenden a amar. Al acopio de conocimientos el hombre agregaba su capacidad espiritual: La mayor ciencia del Hombre consisttió en reconocer la Bondad Divina de un Supremo Creador que tantas cosas colocaba a su alcance y para su felicidad… ¡Oh, Felicidad! Esto fue descubrir la infinita percepción sensorial: Ojos, oídos, tacto; sueños, ilusiones;triunfo, fracasos; odio y amor; compasión, misericordia, perdón. El Hombre comienza a verse como otro dios y crea, crea, metódicamente, maneja el hierro, inventa sonidos asombrosos e instrumentos a los que le arranca el misterio de sus cajas de madera; el Hombre sigue creando y vuela, y viaja las galaxias y crea elementos destructivos y crea al “Robot”… Este hijo resulta ser como el perro que le muerde la mano al amo que le da el pan.

El Robot no necesita descansar y echa del lugar del trabajo al hombre que debe desansar, comer y dormir… Desalojado, el Hombre irá a la deriva con familia y todo. Su reacción se transforma en revolución y su ideal en ideología. La ley se torna vulnerable y se perfora la moral con una espada de sonido metálico.

El Gran Edificio de la naturaleza se derrumba y bajo montañas de acero y  cemento se aplasta el hambre, la angustia, el dolor, la ansiedad, la bondad y el amor; por la impotencia. anquilosada el alma, sólo se espera la muerte.

La ciencia de la virtud cedió su lugar al pragmatismo del conocimiento insensible y sin fe.

¿Se llama todo esto civilización?